La cloración salina en piscinas de Marbella mejora la salud

Los avances en la tecnología de la cloración de piscinas han hecho posible que lleguen a nuestras casas los nuevos equipos de cloración salina. Estos son más respetuosos con el medio ambiente que los tradicionales sistemas de cloración, y además son más beneficiosos para la salud de las personas.

Pueden instalarse en cualquier piscina de Marbella sin ocupar mucho espacio, y además tienen un mantenimiento sencillo y mínimo. A continuación ahondaremos más en todos los beneficios que ofrece la cloración salina en Marbella.

Beneficios de la cloración salina para la salud

El antiguo sistema de cloración utilizaba productos químicos para mantener el agua libre de infecciones. Era un sistema eficaz, pero bastante perjudicial para la salud.

Los gases que emitía el cloro podían provocar problemas respiratorios y para la gente con enfermedades como el asma, agravaba su situación.

Abrir los ojos bajo el agua era sinónimo de sufrir enrojecimiento y picor, que sólo se aliviaba utilizando sueros y productos de farmacia. La piel también sufría por culpa de los químicos y se agrietaba, secaba y podía llegar a producir picor. El pelo podía incluso cambiar su color natural, especialmente en personas con el cabello rubio.

Gracias a la cloración salina para las piscinas de Marbella, no es necesario incluir productos tóxicos al agua para tenerla bien desinfectada y de la mayor calidad. El equipo de cloración salina separa, mediante electrolisis, el cloruro del sodio para tener cloruro libre en el agua.

Beneficios de la cloración salina para el medio ambiente

Transportar el antiguo cloro hasta las viviendas de Marbella suponía un peligro grave para el medio ambiente. Se prensaba en forma de pastillas, que eran transportadas por camiones hasta las piscinas. En el proceso de transporte, almacenaje y uso de estas pastillas de cloro, tanto las personas como la naturaleza corrían el riesgo de sufrir intoxicaciones debido a los altos niveles de químicos que contenían.

La cloración salina, al producirse todo el sistema dentro del equipo instalado en la piscina, evita el transporte y almacenamiento, además de por supuesto el uso de tóxicos. Para su mantenimiento, solo hace falta hacer mediciones de agua una o dos veces por semana y cambiar la sal cada 3 o 4 años.

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