Para los que no conozcáis el término, las aguas pluviales se refieren al agua de lluvia. La recolección de las aguas pluviales es una práctica que se lleva desarrollando desde la antigüedad. Debido a la escasez, esta práctica nos  puede ayudar a solucionar muchos de los problemas de abastecimiento de agua.

¿Cómo es el proceso de recolección del agua?

Recoger el agua de lluvia supone utilizar el espacio de los tejados y cubiertas de un edificio para captar el agua que precipita desde el cielo. Esta agua será canalizada, filtrada y almacenada en un gran depósito o aljibe para su posterior uso cuando sea necesario. Los sistemas de captación de agua constan de los siguientes elementos:

Área de captación – Normalmente son los tejados y las cubiertas así como de cualquier superficie impermeable. El material en que se realicen o que de mínimo la cubra las cubiertas deben ser inocuas para el agua (piedras, tejas de cerámica, etc.) y no contener ningún impermeabilizante que pueda aportar sustancias tóxicas a la misma.

Conductos de agua – Ya sea la propia inclinación del tejado y/o una serie de canalones o conductos que dirijan el agua captada al depósito. Deben de tener las dimensiones necesarias para evitar que se desborden.

Filtros – deben de eliminar las impurezas que porte el agua. Dependiendo del uso que queramos darle al agua recogida, usaremos sistemas de filtrado simples, que simplemente eliminan las impurezas más gruesas o sistemas que permitan la potabilización y el pleno uso del agua.

Depósitos o aljibes – Son los espacios en los que queda almacenada el agua recolectada. Serán de diferentes tamaños en función del agua que se pueda y quiera almacenar. Las paredes del depósito deben de ser de materiales que permitan la correcta conservación del agua en el tiempo.

Sistemas de control – Estos son sistemas opcionales. Gestionan la alternancia de la utilización del agua de la reserva y de la red general. Es decir cuando el agua de lluvia se acaba pasa automáticamente a suministrar agua de la red. En el momento que vuelve a llover y se recarga el depósito pasa de nuevo a emplear el agua pluvial recogida.

¿Para qué puedo usar el agua de la lluvia?

Le podemos dar los usos que queramos, siempre que el agua se haya tratado correctamente. Se puede usar para regar las plantas, para lavar la ropa y los platos y para ducharnos, donde usaremos un filtrado simple, que elimine las impurezas más gruesas, o para el consumo humano, donde ya será necesario el uso de filtros especiales.

Los beneficios del almacenamiento de las aguas pluviales son muchos, como por ejemplo el ahorro económico, la autosuficiencia, y el factor más importante, ayudamos a achicar la huella hidrológica, favoreciendo el ahorro y la reutilización del agua.

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