Agua, una declaración de vida sana
Introducción.
Esta serie de publicaciones, que haremos semanalmente, tiene una clara intención, mostrar al público todos los distintos bienes que nos puede aportar una simple y agradable práctica: beber cada día la cantidad correcta de agua.
Niños, ancianos, trabajadores, viajeros, estudiantes, deportistas, todos deberían conocer los beneficios y los inconvenientes que una incorrecta hidratación causa en nuestro cuerpo.
Los capítulos que compondrán estas publicaciones son los siguientes:
- Agua, una declaración de vida sana
- La deshidratación.
- La calidad del agua potable.
- El agua y la alimentación.
- El agua y las otras bebidas.
- Agua, peso y belleza.
- El agua en el deporte.
- El agua y los niños.
- El agua y los ancianos.
- El agua y los viajes.
- Purificadores de agua.
1. Agua, una declaración de vida SANA.
El agua es un elemento esencial para la vida del ser humano y del planeta, puede considerarse segundo en importancia después del oxigeno. El organismo de una persona adulta contiene del 55 al 75% de agua, lo que explica la enorme influencia de ejerce este liquido en la regulación de las funciones corporales. Las proporciones cambian de un órgano a otro, el cerebro y el corazón están formados en un 75% por agua; la sangre y los pulmones, en un 85%.
El agua cubre más de dos tercios de la superficie de la Tierra, aunque solo el 1% de su volumen es aprovechable para beber. De igual modo, a menudo nuestras fuentes naturales de agua están infectadas por arsénico, amianto, plomo, mercurio, nitratos, protozoos y otras materias nocivas. Es por ello que muchos consumidores se alarman y reclaman a las autoridades un abastecimiento de agua limpia y sana, y gran parte de ellos recurre al agua embotellada o instala sistemas de depuración. Según la OMS, a principios del año 2000 un sexto de la población mundial (1.100 millones de personas) no tenía acceso a suministros de agua potable, y dos quintos (2.600 millones de personas) residía en zonas sin alcantarillado. La mayoría de estas personas vive en África y en Asia: dos de cada cinco africanos carecen de agua segura y casi la mitad de los asiáticos no dispone de servicios de desagüe.
En estos continentes, la situación en el campo es visiblemente peor que en la ciudad: el 80% de quienes carecen de desagües (2000 millones de personas) vive en zonas rurales. La Organización Mundial de la Salud durante más de cuarenta y cinco años, se ha interesado de la calidad del agua para beber y de sus efectos sobre la salud. Uno de los primordiales objetivos de la OMS y de sus países miembros es que todas las personas, independientemente de su situación social y económica, accedan a una cantidad adecuada de agua potable. La falta de agua adecuada y de desagües va asociada a enfermedades endémicas, hepatitis A, amebiasis y otras. Cada año, en el mundo se producen unos 4000 millones de casos diarrea que provocan 2,2 millones de muertes, sobre todo de niños menores de un año.
Esta guía pretende destacar la importancia de la hidratación para el ser humano, ensalzar la relación entre el agua y la salud. Es una realidad, considerar que incluso los habitantes de los países desarrollados –aunque vivan con estándares higiénico-sanitarios elevados- no son absolutamente conscientes de lo que el agua significa y de los extraordinarios efectos que puede tener sobre la salud y el bienestar. La hidratación correcta es condición básica para mantenernos sanos. Si un cuerpo adulto está formado en un 55-75% por agua, si el embrión se compone de más del 80% de agua y un recién nacido es agua en su 75%, significa que el agua que bebemos se transforma en nosotros mismos.
Nuestro cuerpo debe reemplazar aproximadamente 2,2 litros de agua diariamente. Pero la mayor parte de las personas no beben lo suficiente porque no saben lo importante que es el repuesto de agua y hasta que punto es fundamental mantener el cuerpo en un buen estado de hidratación. El agua transporta los nutrientes a las células con la sangre, ayuda a digerir los alimentos y regula la temperatura del cuerpo. El agua es salud y la promueve de muchas formas distintas: ayuda a mantener el peso adecuado, disminuye el riesgo de contraer algunas formas de cáncer, mejora la memoria reciente y un largo etcétera que se justificarán en los distintos capítulos de la guía. A continuación detallamos algunos de ellos.
A. Retención de agua.
Si no se bebe la cantidad suficiente de agua, el cuerpo empieza a retener de la misma a fin de compensar esta disminución. Para eliminar la retención hay que beber más, no menos. Si no se bebe el agua necesaria para mantener el equilibrio hídrico del cuerpo, se pueden alterar distintos aspectos de las funciones fisiológicas. Cuando se ingiere menos cantidad de agua, el cuerpo asume tal disminución como una amenaza para su supervivencia y empieza a conservar cada gota obtenida. De este modo, el agua se almacena en el exterior de las células, haciendo que se hinchen los pies, las piernas y las manos. El mejor modo de superar el problema de la retención hídrica, que se manifiesta con edemas en las extremidades inferiores, manos y ojos, es conceder al organismo toda el agua que necesita. Sólo en ese momento la acumulación de agua cesará y el cuerpo se liberará del exceso de líquidos.
B. La respiración.
Asimismo necesitamos agua para respirar. Para poder llevar a cabo los movimientos de inhalación y exhalación, los pulmones han de estar humedecidos. Conjuntamente al anhídrido carbónico emitimos cada día entre medio y un litro de este líquido. Los asmáticos sienten alivio cuando aumentan la ingesta de agua, mientras que por el contrario la deshidratación hace crecer los niveles de histamina con decadencia de los síntomas.
C. Temperatura del cuerpo.
La absorción de agua, y por tanto, la hidratación correcta son factores esenciales para la ordenación de la temperatura corporal. El agua regula la temperatura del cuerpo a través tanto de la respiración como del sudor. Mediante un complejo mecanismo, el agua normaliza la temperatura corporal por orden del sistema nervioso central, en particular de unos centros nerviosos que se ocupan específicamente de esta función.
D. Cerebro.
El tejido del cerebro esta compuesto en un 85% de agua, y la deshidratación disminuye la energía de este órgano. La depresión y el síndrome de fatiga crónica son frecuentemente el resultado de una mala hidratación. La migraña puede ser un indicador de la temperatura crítica del cuerpo. La deshidratación provoca un aumento de la temperatura interior, y éste propicia la aparición de la migraña. La deshidratación crea estrés térmico, el cual, a su vez, causa más deshidratación.
E. Riñones.
Los riñones eliminan desechos como la urea y ácido láctico, los cuales han de estar disueltos en agua. Cuando no hay una cantidad suficiente de agua, estos residuos no se eliminan totalmente y pueden perjudicar los riñones.
F. Articulaciones.
El agua lubrica las articulaciones. El tejido cartilaginoso que se encuentra en los extremos de los huesos largos y entre las vértebras retiene una cantidad de agua que sirve como lubricante en los movimientos articulares. Cuando el cartílago esta hidratado, las dos superficies opuestas se deslizan libremente y el daño por rozamiento es mínimo. Si, en cambio, el cartílago esta deshidratado, el daño por abrasión aumenta y hay más posibilidades de que las articulaciones se deterioren y provoquen dolor.
G. La espalda.
El 75% del peso del cuerpo está soportado por el agua almacenada en la columna vertebral; el 25% está sostenido por el material fibroso que rodea al disco. Las articulaciones de la columna vertebral dependen de las propiedades lubricantes del agua que está contenida en el disco. El dolor de espalda se alivia muchas veces con la hidratación.
H. Mujeres.
Varios estudios han expuesto los beneficios de una correcta hidratación en las mujeres, incluso en razón de su fisiología particular. Un estudio realizado en Seattle demostró que, entre las mujeres que beben más de cinco vasos de agua al día, había una incidencia significativamente menor de cáncer de colon que en aquéllas que bebían menos de dos.
I. Embarazo.
El agua ayuda a transportar los nutrientes a través de la sangre al feto. El agua ayuda a prevenir las infecciones de la vejiga y de las vías urinarias. El estreñimiento y las hemorroides de la madre. También contribuye a reducir la retención de líquidos. Una hidratación correcta es esencial para una buena producción de leche y para reemplazar constantemente las pérdidas de líquido amniótico. La deshidratación puede provocar contracciones y parto prematuro.
J. Pérdida de peso.
Como vemos muchos son los beneficios del agua, no debemos de olvidarnos la pérdida de peso. El agua no contiene calorías, por lo cual contribuye a reducir el apetito, y ayuda al cuerpo a metabolizar las grasas.
El agua es, por tanto, el alimento más importante que se consume durante el día. Disminuye la retención de líquidos y ayuda a la función depuradora de los riñones. La deshidratación estimula la sed, pero a menudo ésta se confunde con la apetencia. Por ese motivo es frecuente caer en un consumo usual e innecesario de comida o bebidas calóricas, que conlleva un aumento inevitable de los niveles de azúcar en la sangre, colesterol y triglicéridos, aumentando el riesgo de cardiopatía isquémica, hipertensión, cáncer de colon y otras patologías degenerativas crónicas.