La demanda de agua embotellada se multiplica por diez en Gálvez

Los galveños sospecharon rápido de la gravedad de las consecuencias y fueron rápido a los negocios locales y a los de los municipios de alrededor para abastecerse de agua embotellada. Tanto, que nada más detectarse el problema de contaminación del agua potable por un vertido de purines se habían agotado las existencias de las garrafas. A las 10 de la mañana, la empresa de distribución de bebidas Sofamar tuvo que abastecer a sus clientes con mucha más mercancía de lo habitual. «Ha aumentado diez veces más el consumo», comentan desde este negocio que traerá la próxima semana un camión cargado de agua. Y el gasto ha podido ser mayor, pero los negocios y los vecinos han recurrido a los numerosos pozos repartidos por el término municipal.
Como en la panadería Manrique, que compra unos 50 litros de agua para las necesidades de la producción diarias. No obstante, utilizan ahora el agua del pozo ubicado en el mismo negocio para la limpieza de los diferentes utensilios. En su caso, vendieron el viernes también agua embotellada, en total unas 60 garrafas. «Sin agua no se puede estar», sentencia Jesús, quien no recordaba una situación parecida en el municipio, excepto cuando se tuvo que abastecer excepcionalmente a la localidad porque no había recursos hídricos en el pantano.

misterio de la filtración. El segundo día evidenció ya las tareas de limpieza, puesto que el agua de los grifos no olía tan desagradable como el viernes, el primer día de la contaminación. Según detalló ayer a este diario el presidente de la Mancomunidad Aguas Cabeza de El Torcón y alcalde de Menasalbas, José María García, se aporta ahora una dosis mayor de cloro al agua corriente, teniendo en cuenta que ha terminado ya la limpieza del depósito, ubicado a unos 500 metros del lugar del vertido, cerca de una arqueta en el término municipal de Totanés.
García apuntó que la Guardia Civil y Aqualia están investigando el vertido de purines que se ha filtrado en las tuberías de abastecimiento al consumo humano. En este sentido, consideran muy improbable que el vertido se colara en la red de suministro a través de la arqueta mencionada porque resulta imposible que succionara los líquidos. «Lo que se ha producido es accidental, desde luego», recalcó al respecto el presidente de la Mancomunidad Aguas Cabeza de El Torcón. Este diario intentó sin éxito ponerse en contacto por vía telefónica ayer y el viernes con el alcalde de Gálvez, Manuel Fernández.
De momento, hasta que los servicios sanitarios de la Junta de Comunidades no den el visto bueno al agua potable, negocios como la pastelería y bollería Palma consumirá unos 30 litros diarios de agua embotellada para la preparación de las cremas. «Supone unos costes más elevados, pero por lo demás todo igual», comentó José Manuel, uno de los responsables de este establecimiento.
«Nos estamos apañando bastante bien», indicaban en el restaurante Acuario, que se está abasteciendo estos días del pozo, cuyo agua tiene el visto bueno de los análisis. «Siempre que hay cortes en el suministro cogemos del pozo», señalaron en este negocio hostelero.
Los vecinos de esta localidad de más de 3.000 habitantes perteneciente a la comarca de Los Montes de Toledo se enteraron de la contaminación por la simple observación del agua por el color y el olor y a través de los bandos municipales, los cuales advertían de la prohibición del consumo de agua para el uso humano, aunque sí se podía destinar el recurso a otros fines.

Noticia extraída: http://www.latribunadetoledo.es/noticia/Z2FF85977-9A3E-46BD-1EE3F5F36B92EEE0/20150301/demanda/agua/embotellada/multiplica/diez/galvez