El sur de España, condenado a convertirse en un desierto
- El cambio climático causará estragos en el Mediterráneo. Según un nuevo estudio, si la temperatura aumenta más de 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales –lo que algunos científicos ya consideran irreversible– los cambios en los ecosistemas mediterráneos, sin precedentes en los últimos 10.000 años, convertirán al sur de la Península en una zona desértica.
El Acuerdo de París se marcó como objetivo no sobrepasar los 2 ºC de aumento de la temperatura respecto a los niveles preindustriales y, como límite ideal, 1,5 ºC. Según un estudio que publica la revista Science, si el aumento de las temperaturas es igual o superior a 2° C se generarán cambios en los ecosistemas mediterráneos que no tienen comparación en nuestra era geológica, el Holoceno, período caracterizado por recurrentes déficits de precipitación.
Joel Guiot de la Universidad Aix-Marseille (Francia) y Wolfgang Cramer, del Instituto Mediterráneo de Biodiversidad y Ecología francés, utilizaron núcleos de polen de sedimentos del Mediterráneo para reconstruir la variabilidad del clima y del ecosistema de los últimos 10.000 años. Después, utilizaron esta información en diferentes modelos para predecir futuros cambios en la temperatura del ecosistema.
“Los granos de polen se diseminan por la vegetación. Cada especie tiene un tipo de polen con una morfología específica. Se toman muestras del núcleo y se cuentan según su tipo. Cuando nos encontramos muchos granos de polen de roble, podemos decir que la vegetación era templada y húmeda; si hallamos más de árboles boreales (abeto, picea) el clima era más frío”, declara Guiot a Sinc.
Cada muestra de polen proporciona a los científicos una imagen de la vegetación del pasado. Con estos datos, y utilizando diferentes modelos de simulación, pudieron inferir el clima para cada tipo de vegetación.
Solo si no se sobrepasa los 1,5 ºC de incremento, los cambios en los ecosistemas estarían dentro de los límites del Holoceno
Algunos de los simulacros que llevaron a cabo analizaban el futuro que le espera al planeta si no se hace nada para mejorar la situación. Un segundo conjunto de simulaciones se hicieron suponiendo que se respeten los objetivos propuestos por los gobiernos en la Conferencia de París COP21. En ambos casos, el cambio ecológico que se prevé excede con creces el que ocurrió durante el Holoceno.
“Hicimos un análisis de varias decenas de miles de muestras de polen en toda la región mediterránea durante los últimos 10.000 años, en los que no encontramos grandes cambios de temperatura, pero sí en la precipitación”, explica Guiot.
Respecto al Acuerdo de París, el objetivo que los gobiernos deben alcanzar aún queda lejos, se lamenta el científico: “Por el momento, las propuestas aún no son compatibles con el objetivo de 2° C. Están más cerca de los 3° C”, añade.
En los primeros escenarios de sus simulaciones, si no se hace nada por limitar el calentamiento global, todo el sur de España se convertirá en un desierto, los bosques caducifolios invadirán las montañas y los matorrales reemplazarán a la mayoría de los bosques caducifolios de gran parte de la cuenca del Mediterráneo.
Solo en las condiciones en las que el calentamiento global se limitase a 1,5 °C por encima de las temperaturas preindustriales, los cambios en los ecosistemas permanecerán dentro de los límites experimentados durante el Holoceno.
El cambio climático ya está presente en el Mediterráneo
Las temperaturas regionales en la cuenca mediterránea son actualmente 1,3 °C mayores que durante el período 1880-1920, en comparación con el aumento de 0,85 °C en todo el mundo.
Las temperaturas regionales en la cuenca mediterránea son actualmente 1,3 °C mayores que durante el período 1880-1920
Este incremento extra en la temperatura es relevante dado que los ecosistemas de la cuenca del Mediterráneo constituyen una zona importante de la biodiversidad mundial y suministran numerosos servicios a las personas, como agua limpia, protección contra las inundaciones, depósitos de carbono y lugares de recreo.
“En general, la región más afectada se encuentra en el norte de África, Oriente Próximo y el sur de Europa, con una desertificación debido al clima y al impacto humano como la agricultura intensiva y la urbanización”, apunta Guiot.
Sin embargo, este análisis no explica otros impactos humanos sobre los ecosistemas, tales como el cambio en el uso de la tierra, la urbanización y la degradación del suelo, muchos de los cuales probablemente aumenten en el futuro debido a la expansión de la población humana y la actividad económica, según indican los autores.
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