El nivel del mar podría aumentar 60 metros si se derritiera la Antártida

El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) estima que aún quedan 10 billones de toneladas de reservas de petróleo, gas y carbón en el subsuelo. La quema de estos combustibles fósiles arrojará importantes emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, provocando un aumento de las temperaturas del océano y el consecuente deshielo de la Antártida. Pero, ¿qué pasaría si todo el continente helado se derritiera?

Un equipo internacional de científicos expone por primera vez las principales consecuencias de agotarse toda la reserva de hidrocarburos que aún está bajo tierra, que sería suficiente para derretir prácticamente toda la Antártida –y no solo la capa de hielo del oeste que se está fundiendo ahora–. La quema de esta energía fósil también pone en riesgo la pérdida del hielo de la capa oriental.

“La capa de hielo de la Antártida tiene la mayor capacidad para aumentar el nivel del mar. Si todo el hielo de este continente se distribuye por todo el océano, el nivel global del mar subiría de unos 58 metros”, declara a Sinc Ricarda Winkelmann del Postdam Institute for Climate Impact Research en Alemania y autora principal del estudio que se publica en Science Advances.

Según las simulaciones, el continente antártico se quedará sin hielo en unos 10.000 años si se queman todos los combustibles fósiles restantes. “La mayor parte de esta subida del nivel del mar pasaría en los próximos milenios”, indica Winkelmann.

Los investigadores estudiaron la evolución de la capa de hielo a lo largo de los últimos miles de años ya que el carbono persiste en la atmósfera milenios después de haber sido liberado. Descubrieron que el oeste de la Antártida se vuelve inestable si las emisiones de CO2 se mantienen en los niveles actuales durante los próximos 60 o 80 años.

“Esto representa únicamente entre el 6 y el 8% de toda la reserva de carbono que aún puede ser liberado si se quema toda la reserva de combustibles fósiles”, señalan los autores que advierten que esta región ya está inmersa en un proceso imparable de pérdida de hielo.

Las proyecciones revelan que el nivel del mar podría aumentar en 30 metros al final del milenio con el derretimiento parcial de la Antártida. “Esto implica un ritmo de unos tres centímetros al año, que es realmente rápido”, apunta a Sinc Ken Caldeira, coautor del estudio e investigador en la Carnegie Institution for Science (EE UU).

Según el científico, el trabajo no predice grandes aumentos del nivel del mar a lo largo de este siglo, por lo que los resultados de este análisis se ajustan las previsiones ya establecidas que pronostican un aumento del nivel del mar de 60 centímetros.

Ciudades e islas bajo el mar

En la actualidad, la Antártida contribuye al 10% del aumento generalizado del nivel del mar y por tanto se considera un contribuyente menor. No obstante, con el incremento de las temperaturas se prevé que el deshielo de las grandes masas de hielo del continente provoque importantes subidas del nivel del mar.

Tokio, Hong Kong, Shangai, Hamburgo y Nueva York son algunas de las grandes ciudades que se verían directamente afectadas por el este fenómeno. “El aumento de 30 o 50 metros del nivel del mar sumergirá muchas de las mayores ciudades del mundo que se sitúan cerca de la costa. En EE UU por ejemplo, casi todo el Estado de Florida se hundiría”, asegura Caldeira. Las inundaciones costeras estarán a la orden del día y afectarán a miles de millones de personas.

Pero para el equipo de investigación, la situación es reversible. “Para evitar el deshielo de la mayor parte de la Antártida debemos dejar la mayoría de los combustibles fósiles en el subsuelo”, informa el experto quien asegura que esto cambiaría por completo nuestros sistemas de producción de energía y consumo. “De este modo no usaremos el cielo como vertedero al emitir CO2”, subraya.

El estudio demuestra que si el aumento de las temperaturas no excede de los 2 ºC, el derretimiento del continente helado causaría incrementos del nivel del mar de tan solo unos metros y serían aún manejables. Sin embargo, un mayor calentamiento global podría remodelar las capas de hielo del este y oeste de forma categórica y cada décima de grado adicional acrecentará el riesgo de una pérdida total e irreversible del hielo de la Antártida.

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