El milagro del agua

¡Milagro! ¡Sorpresa! ¡Agua!… Cuando decimos estas palabras juntas nos recuerda a algo inaudito e inesperado, a captar la atención o simplemente a tratar de evitar o esconder alguna situación. Cuando hablamos en términos concernientes a la gestión de los recursos hídricos, estas situaciones se pueden dar, pero hay una cosa clara: Hablamos del agua, hablamos de transparencia. Y en este artículo quiero aprovechar a hablar de dos términos, que igual son desconocidos para ti, pero leyendo este artículo te van a hacer pensar que son dos aspectos clave en la sociedad actual de la gestión del agua: El saneamiento y la seguridad hídrica.

Pongámonos en contexto… La Asamblea Nacional de Naciones Unidas declaró en julio del año 2010 el acceso al agua dulce y al saneamiento como un derecho humano. Si bien es cierto, aunque parece un derecho lógico, la falta de acceso al agua en cantidad y calidad continúa siendo uno de los problemas más importantes de salud a nivel mundial. Para más énfasis, a pesar de que el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) referente al abastecimiento fue alcanzado en el año 2010, con la reducción a la mitad de la proporción de personas sin acceso al agua potable, hoy en día más de 700 millones de personas siguen sin tener acceso al agua potable. ¿Transparencia interesada? Lo cierto es que el ODM 7 relativo al saneamiento tampoco ha sido alcanzado íntegramente y hoy en día, cerca de 2.000 millones de personas (principalmente en áreas rurales) siguen sin tener acceso a instalaciones adecuadas de saneamiento.

Dada esta situación, y teniendo en cuenta que los recursos hídricos del planeta están bajo presión por el cambio climático y otros factores globales, las inundaciones o sequías están aumentando en frecuencia e intensidad. ¿Os acordáis de la transparencia que os hablaba antes…? Pues el agua cumple con ella, nosotros no tanto. Y es que uno no entiende ciertas situaciones (¿hay suficientes recursos y mal repartidos, o es que somos nosotros los que lo repartimos mal?). Según datos del Programa Hidrológico Internacional, en los próximos 40 años aproximadamente 800.000 personas migrarán cada semana en ciudades de todo el mundo.
Y el hecho de que el crecimiento demográfico y la rápida urbanización sean cada vez mayores supone una presión sobre los recursos hídricos, que están bien repartidos pero muy mal gestionados.

El manejo sostenible del agua será uno de los ejes centrales de la nueva Agenda 2030

Frente a esta situación, una adecuada gestión del agua resulta clave (si fuera transparente como el agua…nos iría a todos un poquito mejor). De todas maneras (como buen titular lo es), se ha reconocido el manejo sostenible del agua como eje central de la nueva Agenda 2030, poniendo de relieve que lo que se habla en los ODS se quiere llevar a la práctica, y es garantizar la disponibilidad, el saneamiento y la gestión sostenible del agua.

Por otro lado, en la actualidad hay otro concepto clave con gran repercusión en la gestión del agua, y es la “seguridad hídrica”.
El término hace referencia a la presencia de agua con una calidad apropiada y en cantidad suficiente para preservar la salud, la producción, la subsistencia y el medio ambiente. En algunos artículos se destaca el papel de gobernanza y la capacidad de la población. Y es que el asunto es de vital importancia para la población mundial, ya que se estima que aproximadamente el 80% de la población mundial enfrenta riesgos a su seguridad hídrica de forma directa o indirecta, lo que pone de relieve como su análisis y prevención debe ser inmediata en la gestión integral del agua.

El 80% de la población mundial enfrenta riesgos a su seguridad hídrica

El destino de nuestra sociedad y de la Humanidad está vinculado al uso y gestión que hagamos de los recursos naturales. La seguridad hídrica se encuentra amenazada por los factores humanos y naturales (por este orden) como son el crecimiento poblacional, el uso del suelo, el desarrollo económico y el clima. Estos factores, están provocando que aumenten las emisiones de gases de efecto invernadero y con ello la temperatura media global del planeta.

De esta manera, y de forma conclusiva, tenemos por delante un auténtico milagro y tarea pendiente: La gestión del saneamiento y la seguridad hídrica. Dos tareas pendientes, muy importantes y con graves consecuencias si no se gestionan de manera correcta. Las macro-migraciones, degradación de la calidad y cantidad, seguridad y aumento de la temperatura global del planeta, son las consecuencias más cercanas. ¡Este es el milagro del agua, manos a la obra!

Un artículo de iAgua

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