Bolsas de patatas fritas para llevar agua potable a Papúa de Nueva Guinea
Estudiantes ingeniería mecánica de la Universidad de Adelaide en Australia han diseñado un sistema de tratamiento de aguas de bajo coste y fácil de hacer, para las comunidades de Papúa de Nueva Guinea (PNG), que utilizan el papel de aluminio de los paquetes de las patatas fritas (“chips”) y tubos de vidrio.
El sistema utiliza la radiación UVA directa del sol para matar los patógenos en el agua, en una instalación de alimentación continua que puede hacerse con materiales “improvisados” y que se encuentran fácilmente disponibles en PNG.
“A nivel mundial, 780 millones de personas no tienen acceso a agua limpia y segura para beber, cocinar o lavar”, afirma el Dr, Cristian Birzer, Profesor de la Facultad de Ingeniería Mecánica, que supervisó a los estudiantes con el Dr. Peter Kalt.
El consumo de agua no tratada expone a las personas a una serie de contaminantes, incluidos los agentes patógenos fecales Se estima que 1,5 millones de personas – el 90% de ellos niños – mueren cada año por el consumo de agua no tratada o contaminada”.
El equipo trabajó con ChildFund Australia para conocer las condiciones locales en las tierras altas de Papúa Nueva Guinea. Muchos pueblos utilizan grandes tanques comunales de agua de lluvia para recoger agua en la estación húmeda, complementado con el agua del río en la estación seca. Ambas fuentes son propensas a los patógenos en el agua.
“Nuestra prioridad era desarrollar un sistema con, y no sólo para los usuarios finales”, dice el Dr. Birzer. “Queríamos algo que podríamos proporcionar directrices de diseño y dejar que las comunidades locales a construir e instalar sus propios sistemas utilizando materiales fácilmente disponibles que puedan ser mantenidos y substituyeron fácilmente”.
Los estudiantes – Michael vigilante, Harrison Evans, Mark Padovan y Anthony Liew – primero diseñaron y probaron un sistema utilizando materiales de alta calidad. Luego diseñaron, construyeron y probaron un sistema rudimentario hecho a mano, utilizando contrachapado, tubos de vidrio de alta densidad y láminas de plástico de polietileno recubierto con plástico metalizado (envoltorios de paquetes de chips), con una forma especial que reflejase la máxima cantidad de luz solar en el agua que pasa por el tubo de vidrio.
El sistema tiene un coste total de 67 dólares australianos, y los diseños han sido presentados a ChildFund en PNG.
Los rayos UVA del sol producen reacciones en el agua que dañan el ADN de los patógenos. Las pruebas para E. coli, en colaboración con el Dr. Connor Thomas en la Escuela de Biología Molecular y Ciencias Biomédicas, mostró que el sistema podía reducir las altas concentraciones del patógeno a niveles indetectables en el agua en menos de 30 minutos.
“Este sistema puede tratar con éxito cerca de 40 litros en cuatro horas, y la clave es que está diseñado para ser modular, de manera que se pueden agrgar más módulos para mayores cantidades de agua”, dice el Dr. Birzer.